¿Se viven o se entienden los mitos?
Mi amigo Fernando me pregunta por el tema de la dificultad de entender los mitos y le contesto lo siguiente por correo electrónico:
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Fernando, respondo a tu pregunta sobre el obstáculo a la hora de entender los mitos porque es una cuestión que me han planteado varias personas en estos años.
Yo NO entiendo los mitos. ¿Cómo? Sí, yo no entiendo los mitos. Los mitos creo que “no se pueden entender”. Los mitos se pueden SENTIR O VIVIR. Es lo mismo que ocurre con ciertas obras de arte: esculturas, pinturas, poemas, etc. Además, estas obras de arte producen impactos o emociones distintas en personas diferentes, dependiendo, en gran medida, de su proceso interno.
Esto no ocurre con un libro de matemáticas o de química, por ejemplo. Una fórmula de matemáticas se comprenderá o no se entenderá, pero no se sentirá o se interpretará de una manera diferente a la persona que hizo la fórmula.
Para ejemplificar esta consideración puedes, si quieres, hacer este breve ejercicio:
1.- Piensa que eres inmortal.
2.- Siente que eres inmortal. Siéntelo, no sigas, si no lo has sentido.
¿Hay diferencia?
Mi “mente cotidiana” no puede entender, la inmortalidad, porque mi mente cotidiana es parte de mi cuerpo y mi cuerpo va a morir. Lo mortal no puede entender a lo inmortal.
Ahora bien, cuando siento (siento y siento) el mito con atención, conecto con mi “mente inmortal” (no la mente cotidiana) y vivo lo inmortal (vivo el mito).
Noticia buena:
Todos tenemos nuestra mente mortal y nuestra mente (o parte) inmortal dicen algunos mitos. Ya la tenemos y nadie no la puede quitar. Nuestra parte inmortal ya “sabe el mito” no se preocupa por entender.
Sintetizando:
En mi opinión, la preocupación por entender un mito es una preocupación de la mente que va a morir, del cuerpo que va a morir. La preocupación por una enfermedad, por el dinero… es una preocupación de la parte nuestra que va a morir. ¿Cómo no va a estar preocupada mi mente cotidiana o mi cuerpo si sabe que va a morir? Ja, ja, ja. Es broma.
La “mente inmortal” (o parte imperecedera) experimento que no tiene preocupaciones, solo, siento que vive y experimenta.
Bueno, hasta pronto.
Raúl
